Los niños abrieron el espectáculo, dejando en claro el inmenso futuro que le aguarda, de seguir el ritmo actual, al jiu jitsu en el país. Los másters también pusieron de parte y se vieron grandes combates que sirvieron de ejemplo para todos aquellos que aspiran a hacer del deporte, la salud y la sana competencia parte integral de su vida. En un clásico empresarial, Publio Vásquez, de Pride, y Julio Molina, de The Cage, con el primero llevándose la victoria.
En la azul -65, Jorge Elías “Bam Bam” Santiestevan reafirmó una vez más la soberanía que desde hace años mantiene en la categoría y puso en evidencia el talento que ya le ha valido triunfos internacionales. En su primera lucha venció a Mario “Pernambuco” Molina, de Alliance en Quito, con su bien administrada guardia de gancho y un muy maduro juego de guardia equis que pone a volar a todos sus contrincantes. Al otro lado de la llave, Stalin Franco, del equipo Predador, evidenció un inmenso progreso venciendo a un rival de larga data, Teófilo Bucaram, en una lucha de gran intensidad que se resolvió por raspadas. Ya en la final, “Bam Bam” se impuso a Franco nuevamente con su guardia, vengando a su hermano y sellando su reinado en la categoría.
En la azul -85 reinó Xavier Zurita, recién llegado del Panamericano en el que venció dos luchas. En la final se midió con Armando “Cholo” Cusme, de Alliance en Manta. Zurita consiguió imponer su supremacía técnica y definió la lucha cuando Cusme, abajo en la media guardia, cayó en la trampa de esgrimar y se llevó el conocido tríangulo de brazo desde la media guardia que tan bien hace el prestigioso fotógrafo guayaquileño.
En la azul +85 el vencedor fue José Gabriel de Team Predador. En su primera lucha despachó en poquísimos segundos a Daniel Márquez, de Alliance Quito, con un bello tomoenage seguido de una llave de brazo voladora. Al otro lado de la llave, el norteamericano Derek, quien se encuentra pasando una temporada con el equipo de Alliance en Manta, se midió en un duelo de pesadísimos con Tomás Márquez, de Alliance. El estadounidense derribó con una resuelta cinturada, pasó guardia y aseguró espalda, llevándose los 9 puntos que le valieron la victoria luego de que el quiteño, pese a defender bien la estrangulación, librarse y pasar guardia, no pudo remontar.
A su vez, “Gustavao” Moncayo debutó bien en la cinta azul, llevándose por delante a Camilo “Chibolo” Nuques en un encuentro de compañeros pesadísimos. En su segunda lucha, Gustavao se midió con José Gabriel. Haciendo gala de su buen kouchi gari, el luchador del Team Predador derribó al gigante y se mantuvo puntuando, controlando una y otra vez a Moncayo desde la espalda, que se defendía en tortuga. Al otro lado de la llave, Derek despacahaba a un luchador del equipo Predador.
En la final, Derek se las vió con el pelilargo estadounidense, a quien puso a volar nuevamente con su kouchigari. Volvieron a empezar desde la mitad y, tras intentar un tomoenage que el estadounidense defendió con una vistosa media luna, quedó abajo y cerró una media guardia de la que su rival no pudo salir. Para la foto, selló con una raspada en el último segundo que le valió una victoria que Team Predador celebró a viva voz.
El plato fuerte fue el absoluto de violetas, donde la ausencia de Francisco “Sinistro” Iturralde, quien se encuentra cosechando triunfos en Norteamérica, permitía, por primera vez en mucho tiempo, un final menos predecible. Los dos instructores de las nuevas academias de Guayaquil, Alberto Mármol y Carlos “El Kaiser” Parra, se batieron en su primera lucha. Parra, consumado judoca, se impuso con sus proyecciones por encima de una raspada de Mármol, quien denunció errores de arbitraje. Al otro lado de la llave, Negrete, de Alliance, lo dejó todo frente a Ricardo Retto, pero no fue suficiente para detener al experimentado instructor del Team Predador y reputado peleador de vale todo.
Roberto Retto se las vió con Parra. En una astuta movida para anular el juego parado del Káiser, haló a la guardia cerrada y, haciendo gala de la experiencia para evitar advertencias, supo cuando aplicar una raspada a la montada que le valió la ventaja decisiva. Tras los vítores de “tres, dos, uno…”, abrió la guardia y saltó donde su hinchada a celebrar la victoria.
La experiencia también se hizo valer en la otra semifinal. Fawel Abramowicz, cuyo apodo tradicional de “El judío” se debate con el nuevo de “Koala” le puso freno a Ricardo Retto. Pese a venir de una reciente, y seria, lesión de hombro seguida de operación, Abramowicz consiguió poner a su rival en esa incómoda media guardia profunda, típica de Bernardo Faria, Jamelao y otros, a la que el público ecuatoriano ya conoce como “La judía”. Retto lo intentó de todo para mantener la posición, incluso en un momento estuvo a milímetros de caer montado y encajar un triángulo, del cual, para variar, el veterano Abramowicz escapó. “El Koala” esperó hasta los últimos segundos para prender el turbo, meterse por debajo de su rival y, en un último esfuerzo, levantarlo, derribarlo y cerrar la raspada. Para el delirio de la afición de Alliance, se llevó la victoria por dos puntos. Agotado al borde del colapso, Abramowicz tuvo que aguantarse un cargamontón de sus extasiados compañeros para luego ser arrastrado hasta las inmediaciones del tatami donde recibió sinceras felicitaciones y muestras de admiración.
La final se decidió entre Roberto Retto y Fawel Abramowicz. El veterano de Alliance nuevamente haló a la media guardia judía y a punto estuvo de llevarse dos puntos con esa raspada que tanto hacía Junior “Jeitoso”, el campeón del año pasado, a su paso por el Ecuador. Sin embargo, Roberto lo dejó todo y supo evitar la trampa de la que su hermano no había podido salir. Esgrimando, controlando la cabeza, se mantuvo toda la lucha encima. El autor de estas líneas no está seguro de si fue por ventaja o por decisión del juez, el hecho es que el referí Fernando “Soluço” Di Pierro alzó la mano de Roberto Retto al final del combate. El Team Predador celebró en grande el primer lugar en la principal categoría.
Pese a algunos ligeros motines que se produjeron a lo largo de la competencia, la Copa Pride tuvo un poder de convocatoria que demostró el gran crecimiento, tanto en número de practicantes como en nivel técnico, que ha tenido el jiu jitsu ecuatoriano. Clave en ello ha sido el trabajo de los profesores de Alliance, Fernando “Soluço” Di Pierro y Leonardo Iturralde, y los numerosos instructores bajo ellos, así como de Fabricio “Predador” Marllos y los hermanos Retto del Team Predador, sin dejar a un lado a otros equipos como MMA Factory y Gracie Tijuca. Fundamental también ha sido el valioso aporte empresarial y comercial, encarnado en Julio Molina y Publio Vásquez. Ahora, no queda sino esperar que este vertiginoso progreso se mantenga, con cada vez mejores torneos, mejores competidores y más personas entregadas al jiu jitsu.
Todo el mundo espera ya ansioso los ajustes de cuentas en la próxima Copa V220 de Submission en Guayaquil, el 1 de mayo, y en la II Copa de Jiu Jitsu USFQ, en Quito el 8 de mayo.
